jueves, 26 de noviembre de 2009

MI EXPERIENCIA EN MI PRACTICA RURAL

Una vez nos asignaron los centros de práctica, junto a mi compañera de trabajo, emprendimos una larga búsqueda de todos los materiales que necesitaríamos para el viaje.
Luego de haber establecido todas y cada una de las cosas imprescindibles tanto para nuestra labor como para nuestra estadía en la vereda; sentí una mezcla de emociones difíciles de describir que plasmaban las posibles realidades con las cuales me enfrentaría, sentí miedo y angustia de no lograr los objetivos y metas propuestas, ganas de luchar y compartir mis experiencias, felicidad porque por fin comprendería el verdadero significado de la labor docente y tristeza porque por primera vez en mi vida me separaría del lecho materno por tanto tiempo.
Faltando tan solo un día para partir con más de mil cosas en la mesa y en la cabeza, empecé a organizar mis maletas, en una de ellas coloque todos los implementos de aseo como el cepillo de dientes, la crema dental, el jabón de baño, papel higiénico, desodorante, crema corporal, crema para peinar, loción, repelente, entre otros, y en la otra de ellas todo la ropa que creí seria la adecuada para el lugar al cual me dirigía como jeans, camisas, sacos, cobijas, etc.
De la misma forma “MI MAMI” en su preocupación de madre, me alisto en una maleta a parte la comida, jugos, dinero y hasta un cristo para que me acompañara en mis noches de soledad; cosas que serian útiles e indispensables para la práctica.
Los comentarios nunca faltaron y aun mas del lugar al cual me dirigía, muchos de ellos eran negativos por el espacio geográfico asignado, por los múltiples conflictos presentes en la zona y por las malas experiencias de algunas personas que ya habían estado en el lugar.
Los nervios me invadieron, pensaba en tantas cosas, por ejemplo en ¿como me recibiría la gente?, ¿como podría relacionarme con ella, como serian los estudiantes?, ¿como podría aplicar todo mi potencial teórico- practico con la planeacion y desarrollo de las actividades concernientes al proyecto?, ¿como lograría establecer vínculos afectivos con los estudiantes y los maestros?, ¿como podría solucionar cualquier inconveniente? y en si, ¿como seria mi desempeño en la recta final de mi preparación, estructuración y definición de mi perfil como maestra?.
Dadas las 4:00 de la mañana, aun sin haber logrado conciliar el sueño, me aliste por completo; decidí para este día estar lo mejor presentada, por que como dicen por hay “LA PRIMERA IMPRESIÓN ES LA QUE MAS CUENTA”
Ya casi eran las 5:00 de la mañana, en ese momento subí mi equipaje al carro de mis papás, quienes a pesar de que vivimos a tan solo 2 cuadras del lugar donde para la chiva, querían acompañarme en los últimos instantes antes de la separación abrupta pero necesaria de la protección paterna.
En ese preciso momento entendí que ya no era la niña de papi y mami, que debía comprender mi camino como persona adulta y como profesional, sola… porque ellos ya no estarían allí si tropezaba y caía, me golpeaba, si sentía ganas de llorar o simple y sencillamente se me antojaba de algo, ya no podría levantar las manos, gritar o patalear para conseguir las cosas, ya no podría exigirlas o simplemente pedirlas como regalo de navidad, ahora tendría que levantarme sin ayuda de nadie y seguir caminando.
Aunque fue difícil y la melancolía me invadía al sentir el abrazo fraterno de mi padre, el beso calido y la majestuosa bendición materna, me sentía alegre, feliz y dichosa porque tendría l a oportunidad de ser autónoma y de tomar mis propias decisiones para afrontar sus consecuencias aun sin importar si son buenas o malas.
Después de haber marcado el reloj las 5:00 en punto, el pito escandaloso de la chiva anunciaba el tan esperado viaje, una vez sentada y lista para partir, por ultima vez mire hacia atrás y abanicando mi mano en símbolo de despedida quise llorar, al ver perderse en la lejanía la presencia sublime de mis padres.
Al comenzar el recorrido pude observar los más bellos paisajes que a pesar de la problemática ambiental en la que se encuentran conservan su verdor vital que inspira en el alma la paz y la tranquilidad que hemos perdido en la cuidad.
Cada paisaje hacia venir a mi mente muchos recuerdos de mi infancia, respiraba profundo y reía al ver en mi cuerpo las marcas imborrables de mis aventuras como niña, huellas mágicas que me trasladan a un pasado simple pero fantástico donde trepaba los árboles, corría y sin importar cuanto barro cargara en mi ropa sonreirá al ver tiznada mi cara frente al espejo. Era sorprendente como se mezclaban los colores del paisaje, simulando un lienzo extraordinario que tras su belleza dilata la pupila y eriza los folículos de la piel al dibujar en cada línea la perfección de la mano de dios.
Cansada luego de un agotador viaje, y sintiendo en mi cuerpo cada salto del camino, solo deseaba llegar al lugar donde nos hospedaríamos durante la practica. Con ayuda de la profesora titular logramos conseguir una habitación donde instalarnos, fue en ese preciso mo
mento donde conocimos a doña Ruth, dueña de la casa, la habitacion brindaba mas que comodidad, era inspiradora y al entrar me sentia como en casa, aunque faltaba de todas formas el calido abrazo del hogar.

viernes, 24 de julio de 2009